Llega el Coffee Fest 2021 y esta es la persona que está detrás.

Llega el Coffee Fest 2021 y esta es la persona que está detrás.

Apr 09 , 2022

Gloria Lucia Londoño Jaramillo

Llega el Coffee Fest 2021 y esta es la persona que está detrás

16 de octubre 2021, 11:54 P. M.

Lucía Londoño Jaramillo proviene de una larga tradición cafetera.

Su infancia transcurrió en fincas cafeteras, donde los mejores granos se cosechaban frescos y se tostaban en la terraza familiar. ¡Ah, tiempos aquellos! Son recuerdos que la han mantenido batallando para volver a darles vida. Su próximo Coffee Fest 2021, en Cajicá, es lo más cercano a ese sueño.

Marcada quedó, y para siempre.

Cuando Lucía Londoño Jaramillo tuvo que llenar un formulario de estudios en su juventud se acercó a su padre y le preguntó:

–Papá, ¿qué escribo aquí donde preguntan por tu profesión?
–Agricultor.
–¿Agricultor? ¿Luego no eres odontólogo? –le inquirió ella.
–No. Soy agricultor. Es lo que soy.

A León Londoño Londoño, su convencido progenitor, lo conmovía todo cuanto tuviera que ver con sus cultivos de café, cacao, caña de azúcar y maracuyá: desde el clima, el suelo y la rotación de la tierra hasta la calidad del producto.

Su madre, Matilde Jaramillo Vélez, pensaba igual.

“Ambos llenaron mi infancia de aroma de café y sabor a campo, y ellos, a su vez, heredaron lo mismo de sus abuelos”.

Una de esas figuras es su propio abuelo materno, Gabriel Jaramillo Mejía, quien formó parte del Congreso Cafetero del 21 de junio de 1927, donde de dio vida a la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia.

El destino de Lucía estaba trazado.

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Tras terminar su bachillerato en Manizales, viajó a Bogotá para seguir su carrera universitaria. Naturalmente, cuando obtuvo su título de administradora de negocios del Cesa, eligió, sin vacilar, la opción que la había marcado con tinta indeleble.

Su primer emprendimiento, en compañía de un sobrino, se centraba en la venta de café en verde para clientes del sector de la restauración. Para involucrarlos en el proceso, les instalaban pequeñas tostadoras en sus establecimientos, casi al lado de sillas y mesas, pero pronto la operación se tornó inadecuada y engorrosa, y debió suspenderla.

Lucía Londoño contrató, entonces, a una de las pocas tostadoras profesionales de la capital para tostar café y entregarlo listo para molerlo y prepararlo. Así no solo resolvió el escollo, sino que logró ampliar rápidamente su mercado, que se extendió a hoteles, clubes y clientes institucionales.

Lucía Londoño caminaba largas jornadas –hoy en Bogotá, mañana en Cartagena o Medellín– para buscar negocios, siempre con una bolsa de café bajo el brazo.
La calle, reconoce hoy, le enseñó pródigas lecciones.

“Nos hemos equivocado al pensar que el consumidor colombiano es como nosotros, y no es así: no está certificado, ni es barista ni es catador, sino una persona normal que lleva a sus espaldas ese historial de haber sido sometido a beber subproductos del café durante décadas (pasillas, ripios y cafés importados de baja calidad)”, relata.

¿Qué falta? Falta familiarizarlo con los cafés de calidad, educarlo en el consumo de productos diferenciados y dejarlo ir a su paso y no al del maestro. “Y si quiere aprender, debemos enseñarle”, apunta.

Para instruir sin vacíos, Lucía Londoño se certificó como catadora con el Coffee Quality Institute, y como barista, con la Special Coffee Association of Europe, bajo la dirección del gran maestro italiano Luigi Lupi.

Fueron logros esenciales, que le dieron una posición de preeminencia en el entonces minúsculo gremio de los cafés especiales. Y eso que, según ella misma lo reconoce, su paladar temprano “era terrible”.

Por ejemplo, confiesa que formó parte de aquellos que le agregaban azúcar al café, algo que molestaba profundamente a su madre. “Por favor, Lucía, no hagas eso”, le decía.

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Desde cuando metió cabeza y alma en el negocio, nunca ha dejado de descubrir todo lo que esconde esa caja inagotable de sorpresas que es una taza de café.

Saber, por ejemplo, que los distintos métodos de preparación resaltan atributos distintos, como dulzura, o cuerpo, o intensidad o permanencia en boca.

Y entender que cada taza tiene su momento y que los cambios de temperatura transforman las sensaciones percibidas al inicio.

Y percibir el efecto de los procesos poscosecha, como lavado, natural o honey.
Y, más recientemente, sorprenderse con la irrupción de distintas formas y momentos de fermentación.

“Las sensaciones en boca se enriquecen como nunca”, comenta. “Por ejemplo, esos aromas a vino”.

Por eso, cada vez que termina clases con sus estudiantes o con los extranjeros que visitan su planta, les oye decir: “El café nos está cambiando la vida”. Claro, han comenzado a enriquecer las percepciones de lo que beben. “Es una marcha sin regreso”, apunta Lucía Londoño.

Pero el número de convertidos sigue siendo bajo.

Y esto obedece a que, para numerosos productores, exportadores y comercializadores, la premisa gira alrededor de vender y generar ingresos, no educar.

Sorprende también que las ferias gremiales acogen mayoritariamente a cultivadores, trilladores, empresarios, dueños de tiendas, catadores, baristas, productores de maquinaria, fabricantes de bolsas e insumos, y vendedores de accesorios. Los consumidores brillan por su ausencia.

Esta realidad impactó a Lucía Londoño hace cinco años y desde entonces se empecinó en cambiar las reglas del juego. Así no más, por su cuenta y riesgo.

Viajó a Estados Unidos para ver en vivo y en directo lo que ocurría dentro del New York Coffee Fest, y allí comprobó que el consumidor constituye el centro de atención de toda la industria. Tal vez porque en el mercado estadounidense quien compra es quien manda.

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A su regreso, organizó y lanzó la versión 2019 del Bogotá Coffee Fest, primer festival de café enfocado en el consumidor final. Y no se equivocó. La celebración de 2020 se suspendió por la pandemia.

Fue tal la multitud de visitantes dentro del Claustro de Usaquén, donde se llevó a cabo este evento inaugural, que muchos visitantes quedaron por fuera, mientras que otros permanecieron bajo la lluvia, aguardando la oportunidad de ingresar.

“Reconozco que nos quedamos cortos”, confiesa Lucía Londoño. Eso sí, tenía claro que estaba enfrentándose a dos posibles consecuencias: fracasar o acertar. Fue lo segundo.

Con la realización del Coffee Fest 2021, entre el 20 y el 24 de octubre, en el recinto de San Roque Distrito Local, en Cajicá, su desafío es doblar la capacidad de visitantes e invitar a los consumidores e interesados a que se gocen cada instante de las experiencias programadas, en un espacio abierto y cercano a la vida de campo.

“Y que aprendan tanto como quieran”, añade Lucía Londoño. “Será un ambiente de fiesta, como lo merece el café; y como lo merecen los consumidores”.

Las claves para tener en cuenta sobre el festival:
Lugar: San Roque Distrito Local, Cajicá, Cundinamarca
Fechas: del 20 al 24 de octubre
Actividades:
- 84 puntos de catación
- Barra de expresos
- Catas para no conocedores de cafés y chocolates
- Catas dirigidas de cafés de Colombia y el mundo
- Concurso del llamativo arte latte
- Taller permanente de métodos de filtrado
- Experiencia de aromas del café
- Música en vivo
- Entrada libre
- Tacita de degustación: $ 15.000 (incluye tres degustaciones)
- Tiquetera virtual para tres degustaciones: $ 35.000

HUGO SABOGAL
Para EL TIEMPO
* Conéctese con Hugo Sabogal en www.vivircafe.co

Tomado de: 

https://www.eltiempo.com/cultura/gastronomia/habla-lucia-londono-jaramillo-la-creadora-de-coffee-fest-colombia-2021-625735